Ruta por los mejores ksar de Túnez. Mapa y recomendaciones

Los ksar de Túnez son antiguos graneros fortificados que cuentan historias de comercio, tradición y vida en el desierto. Estos fascinantes complejos arquitectónicos han servido de escenario para grabar películas como Star Wars o El paciente inglés, y hoy están totalmente abiertos para recibir a los turistas que llegan hasta aquí. ¡Te contamos nuestra ruta recorriendo los mejores ksar de Túnez!

Antes de comenzar con cuáles creemos que son los ksar que más merecen la pena, está bien poner un poco te contexto. Un ksar (del árabe qaṣr, que significa «castillo» o «fortaleza») es una construcción tradicional del norte de África, especialmente típica del sur de Túnez, diseñada como un complejo fortificado que servía principalmente como almacén colectivo para guardar granos y otros bienes valiosos de las comunidades locales, generalmente bereberes.

Ksar Hadada.

Los ksar están formados por hileras de pequeñas cámaras o almacenes individuales llamados ghorfas, dispuestas en varios niveles alrededor de un patio central. Su diseño es compacto y funcional, pensado para proteger los bienes contra saqueos, climas extremos y animales. Cada ghorfa solía pertenecer a una familia o clan que almacenaba granos, aceite, dátiles u otros productos agrícolas.

El ksar era también un punto de encuentro social y comercial para las comunidades nómadas y seminómadas de los desiertos norteafricanos. En Túnez se conservan aproximadamente 150 ksar distribuidos principalmente en el sur del país, en regiones como Tataouine, Medenine y Kebili. Aunque muchos están en ruinas debido al paso del tiempo y la falta de mantenimiento, otros han sido restaurados y convertidos en atractivos turísticos y culturales. Nosotros te venimos a hablar de estos últimos, así que allá vamos!

Durante nuestro viaje por libre en Túnez, dedicamos un día completo a explorar los ksar mejor conservados del sur del país. Dado que es complicado encontrar excursiones guiadas que lleguen a esta región, es imprescindible contar con un vehículo propio o contratar un conductor privado. En nuestra opinión, la mejor forma de conocer Túnez es alquilando un coche, ya que te brinda la libertad de moverte a tu ritmo.

Llegamos a la región desde Douz, situado a unas dos horas y media del primer ksar que habíamos marcado como imprescindible. A partir de ahí, pasamos todo el día visitando un ksar tras otro. Aunque nos quedaron algunos por ver, no sentimos que fuera necesario dedicar más tiempo. Creemos que un día es suficiente para disfrutar de lo mejor que esta zona tiene para ofrecer.

Ksar Ouled Debbab.

Como te vamos a contar, hay ksar casi abandonados o algunos que funcionan como hoteles, lo que hace que los horarios sean bastante dispares. Los que no son hoteles normalmente están a cargo de algún local que regente una cafetería en los alrededores, por lo que suelen estar abiertos mientras lo esté el establecimiento. Lo mejor es que acudas desde las nueve de la mañana a las cinco de la tarde, aunque puede variar dependiendo de la estación del año.

Los que son hoteles no cierran como tal, pero no sabemos si a ciertas horas puede estar más controlado el acceso. Pese a que pueda haber más margen, de hecho nosotros vimos uno de noche, intentaríamos planificar las visitas desde el amanecer hasta un poco más tarde del atardecer. En cualquier caso, esto es orientativo.

El Ksar Hadada es conocido mundialmente por haber sido uno de los escenarios de la película Star Wars: Episodio I – La amenaza fantasma, donde fue parte del planeta Tatooine. Data de 1845, aunque ha sido objeto de varias renovaciones. La última y más importante fue en 1997, con motivo de la grabación de la película.

Zona del restaurante del ksar Hadada.

Actualmente, dentro del ksar se distinguen tres espacios bien definidos: un hotel, un restaurante y una sección parcialmente abandonada. Como es de esperar, los dos primeros son los que están en mejor estado, gracias a las labores de conservación y renovación. En la zona abandonada, sin embargo, aún es posible subir a algunas ghorfas que se mantienen en pie y explorar su encanto más auténtico. Por cierto, antiguamente contaba con nada más y nada menos que 360 ghorfas, que servían de granero a los habitantes del pueblo.

Zona abandonada del ksar Hadada, con una mezquita de fondo.

En cuanto al hotel, no pudimos averiguar cómo se realizan las reservas. Entramos en una de las habitaciones y, sinceramente, deja bastante que desear. Solo lo recomendaría para una noche si buscas vivir la experiencia, pero no esperes comodidades destacables.

Aunque en la entrada había un cartel que indicaba un precio de 2 dinares, no tuvimos que pagar nada. En cualquier caso, creemos que merece la pena abonar esa pequeña cantidad si te lo solicitan. Nuestra visita duró unos 30-40 minutos antes de continuar hacia el siguiente destino.

Habitaciones del hotel del ksar Hadada.

El Ksar El Ferech está solo a 15 minutos de Hadada, y justo al lado de la carretera principal. No teníamos prevista la parada, pero nos topamos con él en nuestra ruta hacia el sur y decidimos incluirlo.

El lugar está bastante abandonado, salvo por una pequeña cafetería cuya dueña se encarga de abrir y cerrar el complejo todos los días. A pesar de su estado, es el ksar más grande de la región, con una superficie de más de 13.000 m². Cuenta con 280 ghorfas y una amplia plaza central, que te hace sentir que estás en un pequeño pueblo.

Plaza central del ksar El Farech.

Además, este espacio cobra vida en ocasiones especiales, ya que se utiliza para celebrar pequeños festivales regionales, como los tambores Ghomassen, que tienen lugar en octubre. Aunque puede que no sea tan impresionante como otros ksar, creo que merece la pena una parada si estás de paso, y en 20 minutos lo habrás visto.

A diferencia de otros puntos de interés, Chenini es un pueblo completo. Aunque cuenta con antiguos graneros, es muy diferente de los demás ksar que visitamos. Fundado en la Edad Media por comunidades bereberes, este asentamiento se estableció en las montañas como refugio frente a invasiones y saqueos.

Imagen del antiguo pueblo de Chenini con la mezquita blanca.

El pueblo está situado sobre una colina, prácticamente camuflado con el entorno. Muchas de sus viviendas están excavadas directamente en la roca, una ingeniosa solución para resistir las temperaturas extremas del desierto, lo que le permite integrarse de manera natural en el paisaje.

Para llegar, lo más recomendable es aparcar el coche en la zona del Mabrouk Restaurant y subir caminando. Nosotros nos confundimos y terminamos conduciendo hasta casi la cima, atravesando caminos muy estrechos y en su mayoría sin salida. Por eso, te aconsejamos no complicarte y dejar el coche en el parking de abajo.

Escaleras en el antiguo pueblo de Chenini.

La entrada es completamente gratuita, y puedes explorar, subir y entrar en todas las casas. Nosotros nos topamos por ejemplo con un antiguo molino bastante bien conservado. Una de las joyas del pueblo es su antigua mezquita blanca, que destaca por su curioso minarete. Además de ser un lugar de culto, tiene un simbolismo profundo para los habitantes locales.

Es sin duda el lugar que más tiempo requiere para conocerlo. Pese a que tampoco es enorme, sí que te recomendaría reservar no menos de una hora para poder descubrir todo los rincones que esconde. Además, las vistas desde arriba son una pasada.

El ksar Ouled Soltane es el más septentrional de los que visitamos y, probablemente, el mejor conservado sin contar los que han sido restaurados para convertirse en un hotel. Lo más especial respecto a otros es que había ghorfas hasta en 4 niveles, mientras que en el resto solo vimos de dos, y raramente de tres. Además, aún se conservan las escaleras para subir, así que puedes llegar arriba y disfrutar de una panorámica distinta. Eso sí, no te esperes barandillas, tendrás que superar el vértigo.

Ksar Ouled Soltane.

El lugar es muy pequeño, y solo consta de una plaza principal rodeada por el ksar. Hay una cafetería a la salida y algún puesto de souvenirs que entorpece un poco la vista. Se puede visitar en 10 minutos, pero seguro que te acabas entreteniendo entre sacar fotos y subir a alguna de las habitaciones superiores. Nosotros terminamos dedicando una media hora.

El ksar Ouled Debbab fue nuestra última parada del día. Si llegas desde el ksar Ouled Soltane o te diriges hacia allí, te recomiendo que no hagas caso a tu navegador, que dirá que llegues hasta Tataouine. Hay una carretera preciosa que une Maztouria con el ksar Ouled Debbab, tardarás un poco menos en llegar y, sobre todo, te llevarás unas vistas inmejorables de la zona. Es está que te marco aquí, maps detecta que hay un corte y por eso no da la opción, pero es una carretera asfaltada en perfecto estado.

Ksar Ouled Debbab.

El ksar Ouled Debbeb es similar al ksar Hadada, con los tres mismos espacios: un hotel, un restaurante y una zona más abandonada, aunque en mejores condiciones esta última. Para entrar tendrás que pasar por la recepción, o utilizar una puerta por la que se accede desde el restaurante. Que nosotros sepamos la visita está permitida, pero durante la mayor parte del tiempo tuvimos a una persona de seguridad siguiéndonos y, aparentemente, intentando que nos fuéramos. No obstante, le ignoramos y pudimos recorrer el lugar con toda la calma del mundo.

Si por algún motivo se volviese más restrictivo, quizá tengas que consumir algo en el bar y seguro que no te ponen problema. Nosotros lo hicimos después de hacer la visita, y a partir de ahí se volvió más simpático todo el mundo.

Como nos entretuvimos en la cafetería, pudimos ver el ksar de día y de noche, y si los tiempos te cuadran me parece recomendable. Está muy bien iluminado y resulta muy agradable dar un pequeño paseo por las dos calles que componen el complejo.

Ksar Ouled Debbab de noche.

Guermassa es un pueblo al estilo Chenini, de origen bereber y ubicado en lo alto de una colina, aunque peor conservado. Si no tienes 4×4, debe haber que dejar el coche abajo y caminar cerca de una hora para llegar, en subida como imaginarás.

Si solo tienes un día como nosotros, nos parece demasiado tiempo para que pueda merecer la pena, teniendo en cuenta las otras opciones. Eso sí, debe ser súper poco visitado, así que es bastante probable que estés prácticamente solo si decides incluirlo en tu itinerario.

EL ksar Beni Barka es otro pueblo ubicado en lo alto de una colina, aunque para llegar solo tendrás que subir un camino de poco más de 10 minutos. Se encuentra bastante abandonado, con la mayaría del complejo en ruinas. Como el anterior, lo dejamos para una futura visita.

El Ksar Mrabtine es el último de los ksar que teníamos apuntado pero que no tuvimos tiempo de visitar. Está entre el ksar Hadada y el ksar El Ferech, aunque tendrás que tomar un desvió de media hora ida y media hora vuelta, lo que hizo que lo descartáramos.

Por las imágenes, es del tipo del ksar Ouled Soltane, pero peor conservado. Si tienes tiempo creo que puede merecer la pena, pero no lo veo como un imprescindible (claro, que voy a decir si no fui jeje)

Ksar El Ferech.

Una vez te hemos contado todas las paradas y las que se nos quedaron pendientes, toca recapitular y contarte cuáles fueron nuestros preferidos, para ayudarte a priorizar si vas justo de tiempo o no quieres dedicar demasiado a la zona. También vamos a incluir los que no visitamos, teniendo en cuenta las imágenes y lo que hemos leído.

  1. Chenini: Pese a que lo pongo como primero, tengo que decir que tiene truco. Como he contado, no es un ksar como tal, sino un antiguo pueblo bereber. Creo que es el más bonito y el que más posibilidades ofrece, además de tener unas vistas impresionantes. Caminar por todo el pueblo pudiendo entrar en todas las casas libremente me pareció una maravilla.
  2. Ksar Ouled Soltane: Es el mejor conservado, con un patio interior completamente rodeado por las ghorfas de hasta cuatro pisos. Pese a que es el más pequeño, estar en ese patio o subir a las habitaciones más altas es de lo más especial de la ruta. Además, que esté en tan buen estado pero sin ser un hotel hace que sea más fácil imaginártelo en funcionamiento, o al menos eso pienso yo:)
  3. Ksar Ouled Debbab: Nos encantó pasear por sus dos calles tanto de día como de noche. Tiene una cafetería con una terraza en la parte exterior súper agradable, que además no entorpece la vista interior durante la visita. Merece mucho la pena hacer el trayecto entre el ksar Ouled Debbab y el ksar Ouled Soltane, conectados por una carretera con excelentes panorámicas a todo el paisaje.
  4. Ksar Hadada: está muy bien rehabilitado, con una parte «abandona» con la que puedes hacerte una idea de cómo era originalmente. En la parte del restaurante puedes subir por las ghoras y explorar agradables rincones.
  5. Guermassa: si tienes tiempo suficiente o un 4×4, creemos que la visita puede estar bastante chula.
  6. Ksar Mrabtine: del estilo del ksar Ouled Soltane pero menos mantenido, te puedes llevar una clara imagen de cómo era este tipo de lugares.
  7. Ksar El Ferech: aunque esté parcialmente en ruinas, no requiere desviarte de la carretera principal, lo que hace que su visita requiera de poco tiempo. Además, me acabó sorprendiendo, sobre todo la plaza principal y sus dimensiones.
  8. Ksar Beni Barka: si has ido a Guermassa y a Chenini, no creo que vaya a aportar nada nuevo. Solo lo incluiría si tienes dos día para dedicar a los ksar.

Si tu intención es dedicar un día a conocer los mejores ksar de Túnez, y no quieres hacer ningún trayecto largo de noche, la mejor opción es dormir en los alrededores. La mayoría de alojamientos se ubican en Tataouine, (¡ojo, que no son muchos!), la ciudad más grande de la región, con más de 60.000 habitantes. Además, no está muy lejos de ninguno de los ksar, lo que hace que no tengas que hacer ningún recorrido largo después de tu última visita.

En lo alto del ksar Ouled Soltane.

Nosotros dormimos en Dar ettawfik, a las afueras de la ciudad. Es la casa de una familia que ha habilitado una parte para hospedar a turistas. El matrimonio que lo lleva es súper simpático, y siempre invita a todos sus huéspedes a cenar con ellos. Pese a que finalmente cenamos por nuestra cuenta, sí que tuvimos agradables conversaciones con ellos, así que si te apetece es una ocasión perfecta para hacer ese intercambio cultural tan enriquecedor. Hablan bien inglés, y el hombre estudió en Ucrania. Pagamos 70€ por cuatro personas.

Otra opción es apostar por uno de los hoteles ksar, y vivir la experiencia de dormir un día en una ghorfa. Si el plan te apetece, el más conocido y con mejores reseñas es la Gîte Douriet.

Por último, te adjuntamos el mapa con todos los puntos de los que te hemos hablado!

Y como siempre, cualquier cosa en los comentarios!

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