Qué hacer en Cartagena de Indias en tres días. Itinerario y mapa

Si vas a estar en Cartagena de Indias tres días, tendrás tiempo de sobra para visitar la ciudad con la calma que requiere. Y es que si algo define a una ciudad caribeña, es la tranquilidad con las que aparentemente se toman la vida sus habitantes. Disfrutar de la ciudad amurallada y San Diego, sorprenderte con Getsemaní, caminar bajo los altos rascacielos de Bocagrande, explorar el histórico Fuerte de San Felipe de Barajas e, incluso, alguna escapadita. Así que allá vamos, tres días en Cartagena de Indias!

Antes de comenzar con todo lo que puedes hacer en Cartagena de Indias en 3 días, te contamos que también hemos escrito sobre las mejores zonas para dormir o nuestros restaurantes favoritos en la ciudad, así que te lo dejamos por aquí y comenzamos!

Cartagena de Indias es relativamente grande, con más de un millón de habitantes, y con una superficie similar a la de Madrid. Por suerte, los principales puntos turísticos se encuentran muy próximos entre sí, así que podrás olvidarte de transportes y recorrerla a pie.

Café del Mar (cerrado en 2024), uno de los sitios más famosos para ver atardecer en Cartagena.

Te proponemos empezar a conocer Cartagena participando en un Free Tour. Lo reservamos con Civitatis, que te lo dejamos por aquí. Dura dos horas y media, y ofrecen tres horarios: a las 9:55, 15:55 y 18:00.

El tour se centra en la ciudad amurallada, aunque recorrimos el Parque Centenario y acabamos en Getsemaní. Por cierto, si quieres conocer más a fondo este último barrio, hay free tours específicos, que te dejamos aquí. Tuvimos la suerte de que nuestra guía era natal de Cartagena, lo que ayuda a que te aporte una visión de la ciudad más cercana. Terminamos muy satisfechos el recorrido, así que te lo podemos recomendar. De los puntos que vimos te contamos a continuación.

La Torre del Reloj, construida en el siglo XVIII, es la puerta principal de acceso a la Ciudad Amurallada. Originalmente llamada Puerta del Puente, conectaba la ciudad con el puerto mediante un puente levadizo, que servía de defensa frente a invasores. La torre, de estilo colonial, fue coronada en el siglo XIX con un reloj suizo que aún marca el tiempo. Es uno de los monumentos más fotografiados de Cartagena.

Monumento Torre del Reloj.

Es la puerta que da acceso al barrio de La Matuna, donde se ubica el Parque Centenario, que separa el casco histórico de Getsemaní. Por ello, pasarás por aquí una y otra vez, siendo un punto de encuentro para locales, vendedores y turistas. De noche está iluminada, así que tiene su encanto visitarla no solo de día.

Ubicada justo al otro lado de la Torre del Reloj, esta plaza recibe su nombre porque en la época colonial era un lugar donde estacionaban los carruajes tirados por caballos. En el soportal de la plaza se encuentra el famoso Portal de los Dulces, un corredor lleno de puestos que venden dulces típicos de la región, como cocadas, alegrías y panelitas. Nosotros probamos uno de coco muy rico.

Plaza de los Coches.

En el centro, verás una estatua en honor a Pedro de Heredia, el fundador de Cartagena en 1533. Hoy, es un lugar lleno de vida, con calesas, vendedores ambulantes y turistas disfrutando del ambiente.

También es un lugar perfecto para ver a las famosas palanqueras. Son mujeres afrodescendientes originarias de San Basilio de Palenque, un pequeño pueblo cercano a Cartagena de Indias, que fue el primer territorio libre de América tras la esclavitud. Las palenqueras son un símbolo cultural y turístico de Cartagena, reconocidas por su vestimenta colorida, su espíritu alegre y la venta de frutas y dulces típicos.

Entrada a través del Monumento de la Torre del Reloj a la Plaza de los Coches. Al fondo, tres palenqueras.

Además, aquí se encuentra nuestro restaurante favorito de Cartagena, Cancha Cevichería, ¡tenéis que probarlo!

La Plaza de la Aduana es la más grande de la Ciudad Amurallada de Cartagena. Rodeada de bonitos edificios coloniales, guarda una rica historia. Su nombre se debe a su función durante los siglos XVII y XVIII, cuando era el punto neurálgico de las operaciones comerciales y fiscales de la ciudad.

También tuvo un importante papel en el comercio de esclavos, al tener Cartagena el principal puerto de la zona en la época colonial. De hecho, a pocos metro está el Museo Naval del Caribe. Nosotros no entramos, pero lo recomiendan. Si tienes tiempo y te gusta el mundo de los barcos, puede ser una gran opción.

El edificio que domina la plaza, conocido como la Casa de la Aduana, era el lugar donde se gestionaban los impuestos aduaneros sobre las mercancías que llegaban al puerto. Aquí también se llevaba el control de las cargas que entraban y salían del Nuevo Reino de Granada. Hoy en día, este edificio alberga la Alcaldía de Cartagena.

Pese a estar justo al lado de la Plaza de los Coches, es mucho más tranquila. Además de lo bonita que es la plaza, tiene buenas vistas hacia el Santuario de San Pedro Claver.

Plaza de la Aduana. A la izquierda con la bandera de Colombia y la de la ciudad, la Alcaldía de Cartagena.

La plaza toma su nombre del antiguo Convento de Santa Teresa, fundado en 1609 por la orden de las Carmelitas Descalzas. Este convento, ubicado frente a la plaza, desempeñó un papel importante en la vida religiosa y cultural de Cartagena durante la época colonial. Hoy en día, el convento ha sido restaurado y convertido en el exclusivo hotel Charleston Santa Teresa, conservando su arquitectura original.

Tiene un aire elegante y una ubicación privilegiada cerca de la muralla y el mar, lo que la convierte en un lugar especial para sentarte a disfrutar del ambiente.

Después de entrar a la ciudad amurallada a través de la Torre del Reloj, y disfrutar de tres de las plazas más famosas de la ciudad, te proponemos una parada en el Santuario de San Pedro Claver. Este edificio religioso es uno de los más representativos de la ciudad, honrando a San Pedro Claver, un sacerdote jesuita español conocido como el «Apóstol de los Esclavos«. Dedicó su vida a la defensa de los derechos y la dignidad de los esclavizados en Cartagena durante el siglo XVII.

Pese a que por fuera es uno de los edificios más reconocibles del paisaje de Cartagena, el interior es muy sobrio, sin mucho encanto. Eso sí, la plaza de al lado nos pareció una maravilla. Con una escultura de San Pedro Claver y otras muchas de estilo moderno, es un lugar súper agradable tanto de día como de noche.

Santuario San Pedro Claver desde las afueras de la muralla.

Aunque realmente podríamos incluir este punto en cualquier momento de la ruta por el centro histórico, lo colocamos ahora por la cercanía del Baluarte de San Ignacio de Loyola a los puntos anteriores.

La Muralla de Cartagena de Indias es uno de los sistemas defensivos más impresionantes de América Latina, y un símbolo de la resistencia y el esplendor colonial de la ciudad. Construida entre los siglos XVI y XVIII, tras el devastador ataque del corsario inglés Francis Drake, esta estructura rodea gran parte del centro histórico y fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1984. Sus baluartes, garitas y muros han resistido el paso del tiempo y hoy son una atracción imprescindible para los que visitamos la ciudad.

En el Baluarte de San Ignacio de Loyola.

Sin ninguna duda, es uno de los grandes encantos de Cartagena. Caminar por la muralla y disfrutar de las vistas tanto a Bocagrande como al propio centro histórico, es de las mejores cosas que puedes hacer. Alguno de los puntos que te recomendamos que no te pierdas son:

  • Baluarte de San Ignacio de Loyola: muy buenas vistas hacia la Catedral y el Santuario San Pedro Claver.
  • Baluarte de Santo Domingo: aquí se situaba el famosísimo Café del Mar. Escribiendo esto, hemos leído que lo han cerrado con el objetivo de crear un mirador. Haya cafetería o no, es un excelente sitio para ver atardecer.
  • Baluarte Santiago Apostol: el paseo desde el Baluarte de Santo Domingo hasta aquí es muy agradable.
  • Zona de la muralla al lado del mar: si tienes tiempo, nosotros disfrutamos mucho caminando por la muralla a orillas del Caribe, hasta las Bóvedas de Santa Clara.
Paseando por la muralla de Cartagena.

Junto al Santuario de San Pedro Claver, la Catedral de Santa Catalina de Alejandría es el edificio religioso más importante de la ciudad. Con su estilo colonial y su alta torre, es de lo más característico del paisaje del centro de Cartagena.

La construcción comenzó en 1577, siguiendo un diseño inspirado en las grandes catedrales de Andalucía y las Islas Canarias. Durante el ataque de Francis Drake, la construcción quedó seriamente dañada, no pudiéndose terminar hasta 1612. También nos pareció más bonita por fuera que por dentro.

Catedral de Santa Catalina de Alejandría.

Ubicada en el corazón del Centro Histórico, la Plaza de Bolívar es un lugar que mezcla belleza, historia y un ambiente relajado que invita a detenerse y tomarse un descanso en alguno de sus bancos.

Anteriormente conocida como Plaza de la Inquisición, este espacio era utilizado para reuniones públicas, actividades sociales y eventos oficiales durante la época colonial. Más tarde, se renombró en honor al Libertador Simón Bolívar, y desde entonces se convirtió en un lugar dedicado a su memoria.

Plaza de Bolívar.

Construido en el siglo XVIII, el Palacio de la Inquisición es una de las construcciones más bonitas y representativas de la época colonial. Su fachada, de estilo barroco, destaca por sus grandes balcones de madera y un imponente portón de piedra adornado con el escudo de armas español.

Este edificio albergó el Tribunal de la Santa Inquisición, responsable de juzgar casos relacionados con la fe, la brujería y otros supuestos crímenes religiosos. Según nos contaron, había hasta habitaciones destinadas a la tortura de presos.

Hoy, el Palacio de la Inquisición es sede del Museo Histórico de Cartagena de Indias, dedicado a preservar y narrar la historia de la región. El museo cuenta con una colección de artefactos que abarcan desde la época precolombina hasta el periodo de independencia y la era republicana. Entre otros, destacan instrumentos de tortura, objetos arqueológicos, o documentos y mapas históricos.

Puerta de el Palacio de la Inquisisicón.

El museo abre de 9:00 a 18:00 todos los días a excepción del domingo, que el horario se acorta de 10:00 a 16:00. El precio es de 24.000 COP (5’3€). Para encontrar la información más actualizada te dejamos su página web.

El Museo del Oro Zenú es una extensión del Museo del Oro de Bogotá, y fue inaugurado en Cartagena para destacar el legado cultural de las comunidades indígenas del Caribe colombiano, especialmente del pueblo Zenú, que habitó en los departamentos actuales de Córdoba y Sucre.

El museo cuenta con piezas de orfebrería, cerámica y otros objetos de los Zenúes. Algunas de las principales exposiciones que encontrarás son:

  • Piezas de oro: Los Zenúes tenían un gran conocimiento del oro, que utilizaban no solo con fines decorativos, sino también en rituales religiosos. La colección incluye intrincados adornos, narigueras, pectorales y collares que reflejan las creencias y el estatus social de esta comunidad.
  • Sistemas de irrigación: Una de las secciones más interesantes del museo muestra cómo los Zenúes desarrollaron sistemas de canales de irrigación, conocidos como “camellones”, para controlar las aguas en las sabanas inundables del Caribe. Este conocimiento les permitió prosperar en una región con condiciones climáticas difíciles.
  • Cosmovisión y mitología: La exposición también destaca la cosmovisión de los Zenúes, con referencias a sus creencias sobre la naturaleza, el universo y sus deidades.
  • Cerámica y objetos utilitarios: Además de las piezas de oro, el museo cuenta con una colección de cerámicas que muestran la vida cotidiana de esta cultura, incluyendo utensilios y figuras que representan su arte y simbolismo.
Pieza en el Museo del Oro de Cartagena.

Abre de 9:00 a 17:00 todos los días a excepción del lunes, que está cerrado, y del domingo, que cierra a las 14:00. La entrada es gratuita, así que te recomendamos entrar aunque sea a echar un vistazo rápido.

Como no podía ser de otra manera en Colombia, toda ciudad tiene que tener su rincón dedicado a Fernando Botero. Y en Cartagena podemos decir que es la Plaza de Santo Domingo, con la escultura de «Gertrudis», una mujer tumbada ubicada en el centro de la plaza. El otro lugar destacado es la Iglesia de Santo Domingo, de la que toma el nombre. Es un sitio muy acogedor, por el que nos encantó pasar todos los días.

Escultura de Botero en la Plaza de Santo Domingo.

Hasta aquí estarían los principales puntos turísticos que se recorren durante el Free Tour. Pese a que, como has visto, hay mucho ver, todos los puntos están próximos entre sí. No obstante, creemos que dedicar una mañana es lo mínimo para ver los lugares con cierta calma.

Menos conocida que las anteriores, se convirtió en mi lugar favorito de Cartagena de Indias. Es una pequeña plaza con un encanto especial, entre el casco histórico y San Diego. Nosotros la establecimos como el lugar perfecto para disfrutar de un café después de comer, que pedíamos en unos de los establecimientos de alrededor.

Plaza de los Estudiantes.

Dentro de la ciudad amurallada, quedaría por visitar el barrio de San Diego, que ocupa el norte de la zona fortificada. Debe su nombre al antiguo Convento de San Diego, que hoy alberga la Escuela de Bellas Artes de Cartagena, edificio que te puedes acercar a visitar.

Pese a que podría dar la sensación de que es el mismo barrio que el centro histórico, el ambiente cambia. San Diego es mucho más tranquilo, y cuenta con los mejores hoteles de la zona. De hecho, otra diferencia es que se nota un poder adquisitivo más alto, lo que se refleja en sus edificios y en el cuidado de las calles y plazas.

Paseando por San Diego.

Alguno de los principales puntos de interés son:

  • Convento de San Diego (Escuela de Bellas Artes de Cartagena).
  • Plaza Fernández Madrid: Recibe su nombre de la escultura ubicada en el centro de la plaza, de José Luis Fernández Madrid, persona clave en la independencia colombiana.
  • Plaza San Diego: un lugar ideal para tomarte un descanso y sentarte en alguno de sus bares, disfrutando del acogedor ambiente de la plaza.
  • Las Bóvedas de Santa Clara: Seguramente, nuestro sitio favorito en San Diego. Las Bóvedas son antiguas estructuras coloniales que sirvieron como cárcel y almacén en el pasado. Hoy, albergan tiendas de artesanías muy cucas, diferentes a las que puedes ver en otros puntos de Cartagena o Colombia.
Bóvedas de Santa Clara, en San DIego.

Salimos ya de la ciudad amurallada, y lo primero que nos encontramos es la Plaza del Reloj, Plaza Cervantes y Muelle de los Pegasos, que conectan el centro histórico con el Parque Centenario. Pese a que desde el punto de vista turístico se quedan por detrás de los anteriores puntos, es una zona de paso con gran ambiente, que seguro que atraviesas durante tu estancia en Cartagena.

Lo más interesante es la escultura de Miguel de Cervantes, homenaje al escritor, y los dos grandes caballos que presiden en Muelle de los Pegasos. Si planeas realizar alguna excursión, es probable que tu embarcación salga desde este lugar.

Vistas desde el Muelle de los Pegasos, con la Torre del Reloj de fondo.

El Parque del Centenario separa el casco histórico de Getsemaní, y es uno de los espacios verdes más importantes y representativos de Cartagena de Indias. El parque se inauguró en 1911, con motivo del centenario de la independencia de Cartagena.

Pese a no ser especialmente bonito, sí que te recomendamos darte un paseo. En uno de sus laterales puedes encontrar un mercadillo de libros y artesanías. Además, una de las cosas que más nos gustaba es que, entre la vegetación, se esconden iguanas, monos, ¡y perezosos! Estos últimos, según nos dijeron, estaban de manera temporal. Si siguen, te retamos a que los encuentres, ¡no es nada fácil!

Puesto de libros en uno de los laterales del Parque Centenario.

Después de un día entero de conocer la ciudad amurallada de Cartagena, te proponemos ir a Getsemaní a cenar y disfrutar del ambiente. Como la idea es visitarlo de día en el segundo día en Cartagena, dejaremos para ese momento las explicaciones. No obstante, si vas por primera vez de noche, como nosotros, hacemos alguna recomendación.

El ambiente está en la Plaza de la Trinidad, epicentro del barrio, y en las calles aledañas. Te recomendamos mucho que pruebes un puesto callejero de arepas venezolanas que se ubica en la misma plaza, de las cenas que más nos gustó en el viaje! Además, una de las mejores cosas que puedes hacer es disfrutar del ambiente, de los espectáculos callejeros que montan en un momento algunos artistas locales, y de callejear por las calles abarrotadas de pequeñas terrazas donde algún residente ha improvisado un pequeño bar.

Por cierto, si quieres más recomendaciones de dónde cenar en Cartagena, te dejamos por aquí nuestra entrada con los restaurantes que más nos gustaron.

Empezamos el día bien pronto, fuimos a por un café a Juan Valdez, no innovamos mucho en este sentido, y nos pusimos en marcha. Teníamos pendiente ver Getsemaní de día, pero pensamos que iba a ser mejor a media mañana, cuando ya hubiese algo más de ambiente. Por eso, nos dirigimos hacia el Fuerte de San Felipe de Barajas.

Si vas caminando al castillo, te toparás con el Monumento de la India Catalina. No tiene gran interés, aunque aprovechamos para contarte la historia de esta conocida personaje.

La India Catalina, cuyo nombre original se desconoce, fue una indígena perteneciente a los calamarí, una de las comunidades indígenas que habitaban el territorio que hoy conocemos como Cartagena de Indias. Según registros históricos y relatos orales, Catalina fue capturada siendo joven por los españoles y llevada a Santo Domingo, donde adoptó la lengua y las costumbres europeas.

Posteriormente, regresó a tierras colombianas como intérprete y mediadora cultural en las expediciones del conquistador Pedro de Heredia, fundador de Cartagena en 1533. Se dice que Catalina fue fundamental para establecer alianzas con las comunidades indígenas locales, aunque también hay quién le asocia con el impacto negativo de la colonización en su pueblo.

Monumento India Catalina.

Fuese lo que fuese, el Monumento no tiene más gracia que conocer la peculiar historia de Catalina, que, en general, nos dio la sensación de que es muy querida por el pueblo cartagenero.

El Fuerte de San Felipe de Barajas fue la principal construcción defensiva de Cartagena durante la época colonial. Se ubica a 20 minutos paseando desde el centro de la ciudad, así que la mejor opción es llegar andando.

La construcción del fuerte comenzó en 1536, bajo el mando de los españoles. Se eligió a la colina de San Lázaro como ubicación, desde donde se domina la bahía y el acceso terrestre a Cartagena. En 1657, la estructura fue ampliada significativamente para convertirla en una fortaleza más imponente.

Fuerte de San Felipe de Barajas.

El fuerte fue protagonista de uno de los eventos militares más recordados de la época. En 1741, la fortificación resistió el famoso ataque del almirante británico Edward Vernon, quien dirigió una flota de más de 180 barcos y 27.000 hombres. Gracias a la astucia del comandante español Blas de Lezo, Cartagena y su castillo sobrevivieron a este asedio, un episodio que marcó la historia militar de la ciudad. Se dice que, si el resultado de aquella batalla hubiese sido distinto, la historia de Sudamérica podría haber cambiado por completo.

Desde el punto de vista turístico, nos sorprendió gratamente. Habíamos leído que no era gran cosa, pero a nosotros nos gustó mucho. Se conserva muy bien, manteniendo aún un cañón original de la época, y tiene unas vistas espectaculares a la ciudad. Aunque no es necesario dedicarle tanto, nosotros estuvimos cerca de 2 horas haciendo la visita.

Abre todos los días de 7:00 a 18:00, y cuesta alrededor de 7€. Para más información, puedes entrar en su página web. En el acceso hay guías ofreciendo sus servicios, aunque nosotros lo recorrimos por nuestra cuenta, así que no sabemos cuánto piden por la visita.

Después de haber visitado Getsemaní de noche el día anterior, creemos que es un buen momento para explorarlo de día. Para llegar desde el Fuerte de San Felipe de Barajas no es necesario que deshagas el camino, si no que puedes ir por la Carrera 17 y Cruzar el Puente Román.

Getsemaní ha pasado de ser una zona residencial y obrera con una rica historia a convertirse en el epicentro cultural y bohemio de la ciudad. Un poco estilo Comuna 13 en Medellín, ha pasado de estar en cierto riesgo de marginalidad a ser de los lugares más visitados en Cartagena.

Como curiosidad, Colombia tiene un sistema de estratos por el que se paga determinados impuestos en función del barrio en el que vives. Se intentó imponer un estrato más alto al barrio con el objetivo de expulsar de allí a la clase obrera, y así quedase para niveles más altos y alojamientos turísticos. Gracias a la lucha de los locales, consiguieron parar la reforma, y hoy Getsemaní es uno de los pocos barrios en todo Colombia en el que conviven varios estratos.

Paseando al lado de una tienda de arte.

Respecto a lo turístico, Getsemaní está lleno de murales, acogedores restaurantes y, sobre todo, un espíritu local que hace que la sensación recorriéndolo sea distinta a la del resto de Cartagena. Por ello, lo mejor que puedes hacer sin duda es callejear e ir sorprendiéndote con el arte urbano que ocupa muchos de sus rincones.

El punto más destacado es la Plaza de la Trinidad, epicentro de Getsemaní y el lugar con más ambiente. No te puedes perder la Calle 27, Calle 28, Carrera 10b, Calle de las Chancletas, Calle 29 o Carrera 10. Realmente te he citado muchas de las calles del barrio, pero es lo que tiene si es su principal encanto!

Galería de arte en Getsemaní.

Si sigues un itinerario similar al que te estamos contando, es muy probable que durante tu visita a Getsemaní te empiece a entrar hambre. Si es así, te contamos que hemos escrito una entrada con los restaurantes de Cartagena que más nos gustaron, así como alguna recomendación extra, te la dejamos aquí.

Cancha Cevichería, nuestro restaurante favorito en Cartagena.

Vayas o no vayas a Bocagrande en tu visita a Cartagena, el barrio tiene gran relevancia durante la visita. Y es que es donde se encuentran todos los rascacielos de la ciudad, formando esa espectacular vista que mucho tenemos en mente cuando recordamos el viaje.

Bocagrande se ubica en una pequeña península que sale de la ciudad amurallada, alargada y estrecha, un poco al estilo de La Manga en Murcia, para los que lo conozcáis. Se puede llegar andando desde el centro, aunque te llevará cerca de 40 minutos. Nosotros fuimos caminando y regresamos en taxi, así que podemos decirte que el camino no tiene nada de interés. Eso sí, si acabas de comer te servirá para bajar un poco la comida.

«Skyline» de Cartagena de Indias.

¿Qué hacer en Bocagrande? ¿Merece la pena visitarlo? Pues vamos por partes. En Bocagrande no hay atracciones como tal, así que todo lo que tiene que ofrecer son imponentes construcciones, playa y ambiente. Los lugares más destacados son la Avenida San Martín y el Centro Comercial Plaza Bocagrande. Respecto a la segunda pregunta, desde luego que está lejos de ser un imprescindible. A nosotros nos decepcionó mucho, lo notamos muy descuidado y poco atractivo en general. No obstante, los edificios están ahí, así que tiene cierto encanto mirar desde abajo a esos colosos. Por cierto, el más alto es el Hotel Estelar, con 202 metros.

Si estás pensando en ir para pasar un rato relajado en la playa, te diríamos que lo descartes. Nosotros no hemos visto nada así en nuestra vida. Es imposible estar más de 3 minutos sin que un vendedor ambulante venga a ofrecerte cualquier cosa. Y les da exactamente igual qué estés haciendo, como si estás «medio dormido», irán y te despertarán. Como ves, no volvimos del todo contentos jaja Aún así, si quieres ir a la playa, la más conocida es la Playa de Bocagrande.

Imagen desde la Playa de Bocagrande.

Aunque no llegamos a ir, Bocagrande termina en otra mini península, Castillogrande, que según hemos leído es más tranquilo y exclusivo. Si quieres un día de playa, quizá optaríamos por esta zona.

Entre el camino de ida, la vuelta en Uber, un baño rápido que nos dimos y lo que anduvimos por allí, dedicamos a Bocagrande cerca de tres horas. Teniendo en cuenta que allí atardece sobre las 6 de la tarde, también podrías quedarte a ver caer el sol.

La segunda noche en Cartagena la puedes dedicar a Getsemaní o al casco histórico. En el primer día te propusimos pasarla en Getsemaní, que es el barrio con más y mejor ambiente a esas horas. Así que te invitamos a cambiar e ir a la ciudad amurallada. Tiene zonas muy bien ambientadas por las que da gusto pasear. Además, puedes recorrer la muralla con las bonitas vistas hacia el «skyline» de Cartagena iluminado.

Recorriendo Cartagena por la noche.

Pese a que el ambiente no llega al nivel de Getsemaní, te recomendamos que le dediques unas horas al la ciudad amurallada de noche. Además, anocheciendo tan pronto, da tiempo de sobra a recorrer el centro y acercarte a Getsemaní a cenar. Si te convence ese plan, te recomendamos la Pizzería Media Luna o Di Silvio Trattoria, y, si no las has probado, las arepas venezolanas de la Plaza de la Trinidad.

Nos quedaba por delante un tercer día en Cartagena de Indias, aunque realmente ya habíamos visto prácticamente todos los atractivos de la ciudad. De hecho, lo habíamos reservado para hacer alguna de las excursiones más populares en sus alrededores, así que vamos a empezar por contarte sobre estas, y por qué al final no las hicimos.

Además de por su belleza colonial y su ambiente nocturno, Cartagena es muy conocida por ser el punto de partida de excursiones hacia islas paradisiacas en el Caribe. Los tres lugares más populares son las Islas del Rosario, Barú y Playa Blanca. Mientras que las dos últimas suelen ser destinos orientados a la excursión de un día, las Islas del Rosario sí que están más acostumbradas a recibir viajeros que hacen noche allí.

Todas estas excursiones y alguna más las puedes reservar tanto una vez estés en Cartagena, como previamente a través de algún intermediario por internet. Si estás interesado, te dejamos por aquí algunas de las que ofrece Civitatis.

Pese a que cada una es a un sitio e incluye sus peculiaridades, por lo que sabemos, suele ser un plan bastante similar. Ir con una lancha hasta alguna isla paradisiaca, un poco de snorkel por el camino, mucho club de playa, vendedores y masificación en el destino final, y algún suplemento por hacer «x» actividad.

Habiendo visto con calma la ciudad de Cartagena en los dos primeros días, estábamos convencidos de utilizar el último para hacer una de las tres actividades. De hecho, el segundo día entramos a varias agencias para decidirnos a cuál apuntarnos. Es más, estábamos a punto de confirmar la reserva cuando los trabajadores nos pusieron un vídeo con imágenes de la experiencia. Pues bien, nos espantó tanto que salimos de allí por patas, totalmente convencidos de que eso que habíamos visto estaba muy lejos de ser nuestro plan ideal.

Es cierto que no la llegamos a hacer, por lo que, lo que te contamos, es desde lo que hemos leído, visto en fotos y vídeos, y de experiencias de conocidos. No es que el plan no merezca la pena, pero es mejor tener claro en qué consiste para no llevarte una decepción. La mitad del tiempo vas a estar en un sitio como el que te mostramos en la imagen de abajo. Bueno, nos atreveríamos a decir que más masificado.

Imagen obtenida de una de las excursiones en Civitatis.

Tienes que estar entre los barcos y las cabañas que hacen de chiringuitos, ya que continuamente están llegando y saliendo embarcaciones, y sería un peligro estar fuera. Una vez dejes esta zona, irás a tu destino final, una playa bastante similar. La masificación seguirá siendo la misma, y aparecerán los vendedores, de los que ya te hablábamos en Bocagrande, así que de relajación nada.

Playa Blanca.

Con todo esto, a nosotros solo nos merecía la pena el snorkel, que te dejan hacer durante más o menos una hora en la primera parte de la actividad. En cualquier caso, hablamos desde nuestros gustos. Si buscas ambiente y fiesta en unas playas de ensueño, seguro que regresas más que satisfecho. Respecto al plancton luminoso, verlo o no depende mucho de la fase de la Luna y las condiciones de la noche. Además, tendrás que alargar la jornada en la playa para estar allí cuando caiga el sol. Según hemos leído, es una actividad que defrauda más que sorprende.

Por último, está bien aclarar que nuestros siguientes destinos en Colombia iban a ser San Andrés y Providencia, dos islas a la altura de Nicaragua, que son totalmente distintas a lo que ofrecen estas excursiones. ¡Eso sí que es el paraíso! Aunque ya te hablaremos de ellas. Lo que veníamos a decir es que, sabiendo que teníamos tres días por delante entre las dos islas, no nos parecía que estos lugares nos fuesen a aportar nada mejor. Si quieres tener una experiencia similar, la mejor opción creemos que es ir a alguna de las Islas del Rosario menos visitada.

Habiendo descartado la idea que teníamos en mente, decidimos tomarnos un día con calma, que además se hacía necesario después de las dos primeras semanas de viaje. Pese a que los principales puntos de la ciudad ya los teníamos visto, es difícil aburrirse de barrios como el centro o Getsemaní tan pronto, así que qué mejor que volver a disfrutarlos una vez más.

Paseando por Getsemaní.

Así que nos dedicamos gran parte del día a callejear y perdernos por la ciudad. En nuestra opinión y por nuestra experiencia, es así como disfrutas de verdad esta maravilla del Caribe. Y si lo puedes hacer con relativa calma, muchísimo mejor.

Caminar por una calle llena de arte urbano, dar a parar a una plaza de lo más acogedora, que aparezca la torre de la Catedral al final de una avenida, subirte a la muralla a disfrutar del mar y de la vista del Santuario de San Pedro Claver, un local en Getsemaní, las Bóvedas de Santa Clara… Para nosotros, todo esto fue el verdadero encanto de Cartagena de Indias. Lo hicimos durante 3 días y no nos cansamos lo más mínimo!

Callejeando en Cartagena de Indias.

Como último plan en Cartagena, te proponemos que subas a ver atardecer al Convento de Santa Cruz de la Popa, que esconde una de las mejores vistas a toda la ciudad.

El convento fue fundado en 1607 por los frailes agustinos recoletos y está ubicado en la cima del cerro de La Popa, el punto más alto de Cartagena, a 148 metros sobre el nivel del mar. Su nombre, «La Popa», hace referencia a la forma de la colina, que recuerda la popa de un barco. Está a más de una hora del centro, y en subida, así que la mejor opción es llegar en taxi o VTC. Te costará sobre 3€.

Lo que más nos gustó del Convento fue un cuco patio interior, pero, sin duda, el gran atractivo de la visita son las vistas. Son muy diferentes a las que hay desde el Fuerte de San Felipe de Barajas, ya que verás una panorámica mucho más amplia. Nosotros, si tienes, tiempo, lo recomendamos mucho. Ten en cuenta que abre de 8:00 a 17:30, y con media tendrás todo el lugar visto.

Vistas desde el Convente de Santa Cruz de la Popa

Y con esto nos despedimos de Cartagena de Indias. Volvimos a pasar la noche entre la ciudad amurallada y Getsemaní, y regresamos pronto a nuestro hotel que al día siguiente teníamos que madrugar para ir al aeropuerto. En resumen, Cartagena es una ciudad fantástica a la que intentaríamos no dedicar menos de dos días completos. Piérdete por sus calles y disfruta de la calidez de sus gentes!

Te dejamos por aquí un mapa con todos los puntos de los que te hemos hablado en esta entrada.

Cualquier duda en los comentarios!

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