Descubriendo Tbilisi, la capital de Georgia
A orillas del río Kura, Tbilisi fusiona lo antiguo con lo moderno de una manera fascinante. Con su rica historia, esta capital europea se presenta como un destino irresistible para los viajeros más curiosos!
Nosotros dedicamos 2 días enteros más 2 noches a Tbilisi. Llegamos sobre las 19h de nuestra ruta Armenia-Georgia y ese día ya pudimos percibir el ambiente de la ciudad: terrazas, plazas y calles llenas de gente. ¡Qué energía!
En este post te contamos qué ver en Tbilisi en 2 días. Por cierto, nos alojamos en el corazón de Old Tbilisi y fue todo un acierto (en el Hotel Nata, que estaba muy bien ubicado y con muy buena relación calidad-precio). Eso sí, allá donde te alojes en verano, que sea con aire acondicionado, ¡en Tbilisi pasamos muchísimo calor!
Ahora sí, acompáñame en este recorrido por la capital georgiana!
Día 1. Descubriendo la Vieja Tbilisi y el centro de la ciudad
Ópera y City Hall
Comenzamos el tour mañanero visitando el Teatro de la ópera y ballet de Tiflis, situado en la avenida Rustaveli. De arquitectura neoclásica, es el teatro de ópera más antiguo del país y uno de los más antiguos de Europa del Este. Por fuera el edificio es muy bonito, y por dentro, debe serlo aún más (nosotros no entramos). Por cierto, en una calle aledaña tomamos un capuccino delicioso, en la terraza del «Hotel Ópera».
Caminando dirección casco antiguo, pasamos por el City Hall, un edificio llamativo con forma de setas. Continuamos nuestro recorrido asomándonos a una divertida escultura, llamada Berikaoba, de varias personas bailando alegremente en círculo. Esta te lleva directamente a la calle donde se encuentra la Torre del Reloj (Ioane Shavteli Street). Antes de llegar a la misma, verás una hilera de esculturas de diversas nacionalidades (escritores, chefs, personajes de novelas…), que puedes pasar a saludar. A nosotros la que más nos gustó fue, cómo no, encontrar a nuestros queridos Don Quijote de la Mancha y Sancho Panza en Tbilisi.
Torre del Reloj
Continuando la citada calle, llegamos por fin a la afamada Torre del Reloj: uno de los atractivos de la ciudad…y no me extraña! Es uno de los elementos de Tbilisi que (para mi) hacen que la ciudad se asemeje a un cuento de hadas. Se trata de una torre inclinada y colorida, con un reloj en la parte más alta, diseñada por el famoso marionetista Rezo Gabriadze. ¡Nos encantó!
Cada día, a las 12:00 y a las 19:00 horas, las figuras de un ángel y un gallo aparecen para marcar las horas. Muchos turistas se acercan a esperar este momento. A nosotros nos pilló de casualidad y la plaza estaba llena de gente, por lo que si quieres tomarte alguna foto o disfrutar más tranquilamente de su belleza, quizá no sean las horas adecuadas para ir. En la base de la torre se aloja una pequeña tiendecita de recuerdos, muy mona; y justo al lado se encuentra el Teatro de Marionetas Gabriadze.
Basílica de Anchisjati y Catedral de Sioni
Seguimos paseando esta calle, y en los alrededores de la Basílica de Anchisjati de Santa María, hay varios puestos de cuadros de diversos tamaños, estilos… que crean un colorido ambiente en la zona. También visitamos, por supuesto, esta Basílica, que es ni más ni menos que la iglesia más antigua que sobrevive en Tiflis y que data del siglo VI.
A continuación, visitamos otras iglesias ortodoxas que son reliquias en esta ciudad: la más importante e imponente es la Catedral de Sioni. Siguiendo la tradición georgiana medieval de nombrar iglesias por lugares particulares de Tierra Santa, esta Catedral lleva el nombre del Monte Sion, en Jerusalén.
Tras una intensa mañana de turisteo, fuimos a comer a Sioni Street, donde había ese fin de semana un mercado de artesanía. Dado el excesivo calor que hacía, entramos al restaurante «Jazz Cafe Singer» a comer y a tomar «el aire acondicionado» y beber algo bien frío.
Puente de la Paz
Con las pilas recargadas, cruzamos el Puente de la Paz, el único puente peatonal que atraviesa el río Kura y que, desde su construcción en 2010, se ha convertido en un símbolo de esta ciudad. Con forma de arco y hecho de cristal y acero, llama la atención por su estilo modernista y, por la noche, por su iluminación. Une la parte vieja de Tbilisi con el parque Rike.
Catedral de la Santísima Trinidad
Al otro lado del río, te esperan varias atracciones turísticas: entre ellas, la imponente Catedral de la Santísima Trinidad de Tiflis, conocida como Sameba. Esta se deja ver bien desde muchos puntos de la ciudad debido a su construcción sobre la colina de Elia, y no es para menos, pues se trata de la principal catedral de la Iglesia ortodoxa y apostólica georgiana.
Fortaleza Narikala y monumento a la madre de Georgia
A continuación, subimos a la fortaleza de Narikala haciendo uso del teleférico de Tbilisi. Para ello, tendrás que comprar la “Tbilisi Metro Card”, que cuesta 2GEL (menos de 70 céntimos de euro), más el precio del viaje sencillo que es, nuevamente, de 2GEL. Sale desde el parque Rike, concretamente desde «Rike-Narikala Cable Car (Lower Station)». Aquí mismo podrás adquirir tanto la tarjeta como el billete, y opera de 10:00h a 22:00h. Te deja al lado de la fortaleza de Narikala que, cuando nosotros fuimos (julio 2024) se encontraba cerrada temporalmente.
También puedes subir andando, cosa que nosotros hicimos al día siguiente (también bajamos a pie en ambas ocasiones). El paseo hasta arriba es agradable y puedes parar en otros miradores.
Al llegar arriba, si la fortaleza está cerrada, dirígete en sentido contrario y pasea hasta el monumento a la Madre de Georgia. Además de disfrutar de unas vistazas de toda la ciudad, el camino está lleno de puestos con souvenirs de lo más variopintos, dulces, frutas…Y si llegas muerto de sed por el calor o porque hayas subido caminando, ¡tranquilo/a!, arriba también venden agua. Desde aquí también puedes acceder al jardín botánico de Tbilisi, cuya visita dejamos para el día siguiente, pues ya iba a cerrar (cierra a las 19:30h).
Old Tbilisi y Catedral de San Jorge
Como he comentado, bajamos andando, y en el camino disfrutamos de las vistas desde el mirador Betlemi rise viewpoint, pasando por la Upper Betlemi Church y llegando a las estrechas callecitas llenas de adoquines que componen la parte antigua de la ciudad. En este recorrido también te deleitarás con las coloridas casas de madera, sus llamativos y fotogénicos balcones…
Terminamos las últimas horas de luz en los alrededores de la Catedral de San Jorge, una de mis favoritas de Tbilisi, por su bello campanario en color azul, otro elemento más que aporta esas «vibes» de ciudad de cuento de hadas. Curiosamente, ¡es una iglesia armenia (y no georgiana) del siglo XIII!
Parque Rike y paseo por la orilla del río
Repusimos fuerzas cenando en la terraza del céntrico Restaurante Hide, en la concurrida plaza Vakhtang Gorgasali Square. Lo recomendamos totalmente: ¡es un georgiano con buenísima relación calidad-precio!
Terminamos el día dando un buen paseo nocturno por la ciudad: primero nos acercamos, nuevamente, al parque Rike, desde donde contemplamos de cerca el original mirador de Tbilisi: un globo aerostático que te eleva sobre la misma durante 10 minutos, conocido como «Air Balloon Tbilisi«. Nosotros no subimos. En este parque también hay muchísimo ambiente por la noche, con fuentes que se iluminan de mil colores y una buena vista a la torre de televisión de Tiflis, que corona la ciudad.
Por último, pasemos por la orilla del río, disfrutando de las vistas a las «casas colgantes».
Llenitos de entusiasmo y cansancio, nos vamos a dormir, que a la mañana siguiente nos espera otro bonito y ajetreado día.
Día 2. Exploramos otros barrios y el Jardín Botánico
Parque Dedaena y Dry beach market
Comenzamos el día dando un agradable paseo por el parque Dedaena, repleto de cuadros a la venta, muchos de ellos con pinturas, símbolos (la granada es uno de ellos) y otros iconos del país. Cruzamos el Dry Bridge, que aloja un mercado con todo tipo de antigüedades, a lo más puro estilo «rastro madrileño». Tras sorprendernos con algunas de sus reliquias (antiguos pasaportes, fotos, prismáticos, cámaras y hasta bustos de Stalin), nos dirigimos al barrio de Marjanishvili.
Fabrika Tbilisi
El barrio Marjanishvili es una zona en transformación de Tiflis. En él encontrarás tiendas vintage, graffitis, murales…y, ¡una ex fábrica soviética convertida ahora en albergue! Os hablo de la Fabrika Tbilisi, un espacio creativo que incluye cafés, tiendas, estudios y un ambiente artístico que atrae tanto a locales como a visitantes. Es un lugar ideal para disfrutar de la cultura contemporánea de la ciudad.
Crónicas de Georgia
A continuación, cogemos un Yandex (te cuento cómo moverte por Georgia aquí) al monumento de las Crónicas de Georgia, una gigante escultura donde están esculpidas varias escenas religiosas, así como escenas de los reyes georgianos. Es muy interesante la sensación de miniatura que sufres cuando estás dentro de tal inmensa escultura. Además, desde ahí arriba tienes vistas a varios ángulos de la ciudad y a un precioso lago, conocido como el «mar de Tbilisi».
Estatua de Tamada
Volvimos al centro de la ciudad y, en esta ocasión sí, aprovechamos el ambiente del mercado en la céntrica plaza de Sioni Street para comer allí. Pedimos un par de kebabs hechos al momento, que disfrutamos comiendo a la sombra del agradable parque Sophiko Chiaureli Garden.
En esta plaza, además, se encuentra la famosa estatua de Tamada, que representa un anfitrión tradicional georgiano o «tamada». Esta figura tenía el rol de guiar los brindis durante los banquetes, una parte importante de la cultura del país. La estatua es una réplica de una pequeña figura de bronce hallada en las ruinas de Vani, que data del siglo VII a.C. Es un símbolo de hospitalidad y celebración, reflejando la importancia de la comida, el vino y las reuniones sociales en la cultura georgiana.
Caminando por Old Tbilisi
Al día siguiente decidimos volver a lo alto de la la ciudad, pero esta vez caminando. Pudimos descubrir así cada rincón de Old Tbilisi. Por ejemplo, subiendo, descubrimos una tiendecita que nos encantó, en la que vendían todo tipo de souvenirs artesanales, ¡y hacen zumo de naranja natural al momento! La chica que nos atendió nos contó que era la casa de sus abuelos y que, como se estaba cayendo, necesitaban dinero para mantenerla en pie. Así que decidieron emprender con este pequeño negocio, y la verdad que el sitio tenía muchísimo encanto. Te enlazo la dirección, ¡porque merece la pena pasarse!
Jardín Botánico
Al llegar arriba, visitamos el Jardín Botánico. Entramos por la calle Sololaki. Hay otro acceso vía calle Botanikuri, desde el distrito de Abanotubani, que fue la puerta que nosotros usamos para salir y, de paso, visitar este barrio.
¿Merece la pena? ¡SÍ! La entrada son tan solo 4GEL!! (1,37€ cuando nosotros viajamos). Se trata ni más ni menos que del mayor jardín botánico en el sur del Cáucaso y uno de los mayores de la antigua Unión Soviética, con una extensión de 128 ha. Dentro encontrarás diversidad de plantas y árboles, en un entorno montañoso, con un río, puentes, algunas estatuas…y, en nuestro caso, ¡hasta un festival! (celebraban el festival del helado, que teniendo en cuenta el calor que hacía, se agradeció). Pasamos unas 2 horas recorriendo el Jardín, pero no vimos todo. Si tienes más tiempo y te gusta la botánica, seguro que puedes echar más tiempo. Recuerda que el horario del jardín es de 9:00h a 17:30h.
Abanotubani
Como comentaba, salimos por la otra puerta, accediendo así al barrio de Abanotubani o barrio azeríe. Este está situado en la orilla oriental del río Mtkvari, al pie de la fortaleza Narikala y frente a la colina de Metekhi. En nuestro recorrido, pasamos por la Mezquita Jumah; admiramos la preciosa puerta Orfelian, de acceso a los baños termales; cruzamos el Puente del Amor, repleto, cómo no, de candados full of love; y terminamos dando un agradable paseo por los baños de azufre, con sus famosos techos abovedados.
Colina e iglesia de Metekhi
Para terminar el día, cruzamos al otro lado del río para disfrutar de una preciosa panorámica de Old Tbilisi desde el mirador de la colina de Metekhi. Aprovechamos también para ver la iglesia, otra más de la lista de iglesias ortodoxas georgianas que hay que ver, y cuya construcción se remonta a la Edad Media. Parte de su encanto es su ubicación, al borde del acantilado que da al río Kurá.
Nos gustó tanto el restaurante Hide el día anterior, que ¡repetimos!
Otros atractivos de la ciudad
Además de los 2 días completos descritos, tuvimos algunas horas más que aprovechamos para disfrutar del ambiente de la capi. ¡Pero no te preocupes! Si tan solo dedicas 2 días a Tbilisi, puedes incluir estas zonas en tus noches por Tbilisi.
La bicicleta gigante de Tbilisi, Rustaveli Avenue y Liberty Square
En nuestra vuelta de Kazbegi (enlazar), pasamos una noche más en otra zona de la ciudad, ya que la furgoneta que nos llevaría al día siguiente al aérodromo de Natakhtari para volar a Mestia (enlazar) salía desde esta zona. Así, pudimos visitar la chulísima bicicleta gigante, una escultura icónica situada cerca del puente Saarbrücken. Esta obra de arte contemporáneo destaca por su tamaño descomunal y su estructura metálica, añadiendo un toque creativo al paisaje urbano de Tbilisi.
También pudimos pasear nuevamente por la grandiosa Rustaveli Avenue, maravillándonos con los distintos edificios a lo largo de la misma, como el Museo de Arte de Georgia, el Palacio del Parlamento de Georgia o el Hotel Marriot…llegando a la monumental Liberty Square, una plaza muy transitada que alberga una estatua dorada de San Jorge sobre una columna de granito.
Para finalizar, cenamos una buena «khinkalada» en el restaurante Khinkali Pub, ¡totalmente recomendado! y terminamos el día con nuestro dulce favorito de Tbilisi: los chimney cakes de canela. Por cierto, al lado de esta calle está la sinagoga, por si quieres echarle un vistazo también.
Como veis, dos días en Tbilisi dan para mucho…¡para mucho cansancio! Te aconsejo que uses calzado cómodo porque la ciudad está llena de cuestas y las calles son, como ya he comentado, adoquinadas.
¡Y hasta aquí nuestra ruta por Tbilisi! Cualquier duda, ¡en comentarios!