Ruta en coche por el Eje Cafetero. Salento, Filandia, Buenavista…

Si estás planeando un viaje a Colombia, seguro que no tardas en empezar a leer maravillas de la región conocida como el Eje Cafetero. Y no es para menos, combinando naturaleza, cultura y café, es uno de los destinos más especiales del país. Una ruta en coche por el Eje Cafetero te permitirá no quedarte solo con los lugares más visitados, como Salento o el Valle de Cocora, sino llegar a rincones más perdidos que merecen mucho la pena. Cada parada te sorprenderá con su belleza y calidez. En esta entrada, te llevamos a descubrir los mejores pueblos y lugares de la región, con recomendaciones para disfrutar al máximo de tu ruta en el Eje Cafetero.

El décimo día de nuestro viaje por Colombia fue completito, dedicando toda la mañana a conocer el espectacular Valle de Cocora, dando un último paseo por las calles de Salento, y cogiendo el coche para seguir la ruta hasta Filandia. Como del Valle de Cocora ya hemos hablado, así como de todo lo que tienes que hacer en Salento y cómo llegar, en esta entrada nos centraremos en el resto del Eje Cafetero. Te dejamos por aquí todas las guías que te puede interesar leer si vas a visitar la región.

Después de caminar los 12 kilómetros del sendero del Valle de Cocora, repusimos energías con la tradicional trucha de Salento, degustamos un último café en el pueblo, y cogimos el coche para poner rumbo a Filandia.

La trucha, uno de los platos más típicos del Eje Cafetero.

El tema de la conducción en un país extranjero suele ser de interés, siempre es importante saber si es seguro o el estado de las carreteras. Así que, antes de meternos con la ruta del Eje Cafetero en sí, dedicamos este espacio a contar brevemente nuestra experiencia.

En mi opinión, es bastante similar a conducir en España. Las carreteras son tranquilas en general, en buen estado y con poco tráfico, así que muchos de los trayectos entre pueblos los podrás hacer con toda la calma del mundo.

Carretera entre Córdoba y Pijao.

Respecto al aparcamiento, tampoco es un problema. En los pueblos se puede aparcar en las calles, aunque te recomiendo que intentes buscar un alojamiento con parking. La peor parte es sufrir algún atasco, cosa bastante común en Colombia. Nosotros estuvimos parados cerca de 3 horas de camino a Pereira. Menos mal que el vuelo era al día siguiente y solo nos quitó horas de sueño. Por lo demás, conducir en el Eje Cafetero me pareció totalmente seguro.

Filandia es el segundo pueblo más visitado de la región. Es el siguiente punto que recomendamos visitar, tras Salento y el Valle de Cocora, así que, si vas a estar dos días completos en el Eje Cafetero, te recomendamos incluirlo en la ruta.

Filandia se ubica a tan solo 20 kilómetros de Salento, que se tardan en recorrer 30 minutos. Como es bastante habitual en esta zona, hay dos opciones principalmente para hacer el viaje: coche de alquiler y Willy.

De los Willys ya te hemos hablado en el resto de entradas: son jeeps que funcionan como transporte público. Suelen ser bastante económicos y toda una experiencia. Salen de Salento a varias horas, así que, si es tu intención usarlos, tendrás que preguntar a tu llegada al pueblo.

Como la entrada la dedicamos a hacer una ruta en coche, suponemos que, si estás leyendo esto, ese es tu plan. La mayor parte del camino transcurre por una carretera principal, en buen estado. Tanto la salida de Salento como la entrada a Filandia sí que se hacen por carreteras más secundarias, pero que igualmente se encuentran en perfecto estado.

Al igual que Salento, a Filandia no le falta oferta hotelera. Nosotros escogimos el Hotel Selina, a las afueras del pueblo, por lo que se necesita de coche para moverte de un sitio a otro. El alojamiento cuenta con unos alrededores espectaculares y unas habitaciones muy acogedoras. Además, tiene piscina y jacuzzi. Nos pareció un buen plan darnos un remojón en este último mientras disfrutábamos de la noche estrellada, pero tuvimos la mala suerte de que estaba estropeado, punto negativo. Pagamos 50€ entre los dos sin desayuno.

Cabañas del Hotel Selina, en Filandia

Otras opciones que barajamos son:

  • La Puesta de Sol: Habitación doble con baño privado por 40€ la noche. Cuenta con unas vistas inmejorables, y se ubica en el propio pueblo. En caso de volver, sería nuestra elección.
  • Villa Jair Hotel: a las afueras del pueblo, una villa preciosa que ofrece habitaciones desde 45€ la noche.

Como en todos los pueblos del Eje Cafetero, más que puntos concretos destacados, lo mejor es perderte por sus calles. No obstante, sí que hay alguna atracción que quizá se pueda resaltar por encima del resto.

  • Plaza Parque Bolívar: El lugar donde se juntan tanto turistas como locales, y donde van a parar las principales calles del pueblo. Aquí se encuentra la Parroquia Inmaculada Concepción, principal iglesia de Filandia. La plaza está muy ajardinada, con bonitos edificios coloniales en sus laterales. Merece la pena sentarse en alguna de sus cafeterías a disfrutar del ambiente.
  • Mirador Encanto: cerca de la plaza, puedes llegar a este mirador a disfrutar de las bonitas vistas que se pierden en la lejanía de los valles de la zona. La entrada cuesta 10.000 COP, aunque puedes pasear por los alrededores y conseguirás imágenes parecidas sin tener que pagar.
  • Mirador Colina Iluminada: Consiste en una estructura de 27 metros de altura diseñada para que los visitantes puedan disfrutar de vistas en varios niveles, con paneles informativos sobre la cultura local. La entrada cuesta alrededor de 3€ por persona, pero creemos que merece la pena. Si vas en coche, como nosotros, hay un aparcamiento en el que te cobrarán una pequeña propina justo en la entrada. Sin embargo, puedes aparcar en frente gratuitamente.
Vistas de Filandia desde el Mirador Colina Iluminada.

Llegamos al pueblo sobre las cuatro y media de la tarde, y nos dio tiempo a verlo todo en lo que quedaba de día. Lo primero que hicimos fue ir al Mirador Colina Iluminada, ya que es el único sitio con horario. Podrás visitarlo de 9:00 a 18:00 todos los días, a excepción del sábado, que abre hasta las 20:00. Pese a que sorprende encontrarse con esa gran estructura en mitad, prácticamente, de la nada, las vistas desde arriba merecen mucho la pena. Nos lo tomamos con toda la calma del mundo, dedicando casi media hora para no perdernos ninguna perspectiva.

De ahí nos fuimos a conocer el pueblo. Dejamos el coche por la zona norte de la Carrera 7, y comenzamos a explorar Filandia. El final de la Calle 6, donde se encuentran muchos de los mejores restaurantes, incluido también el Mirador Encanto, ofrece buenas vistas de las verdes praderas y montañas de los alrededores, así que fuimos a verlo antes de que se nos hiciese de noche.

Calle de Filandia.

Ya con la luz cayendo, nos acercamos a la plaza y recorrimos las calles principales. Nos pareció algo menos bonito que Salento, pero aún así pasamos una tarde noche muy agradable. Tuvimos la suerte de coincidir con las fiestas de Filandia que, ya te avisamos, no fueran las únicas en las que estuvimos en la ruta por el Eje Cafetero. Había muchísimo ambiente, puestos que se habían colocado para la ocasión, y música en directo.

Por cierto, entre la Carrera 7 y la Carrera 9, hay varias tiendas de artesanías locales que, si estás interesado en llevarte algo de vuelta, te recomendamos mucho.

Entre canción y canción, nos escapamos para buscar un sitio donde cenar. La zona con los mejores restaurantes es la que te comentábamos antes, en los alrededores del Mirador Encanto. Allí podrás encontrar el Mirador de los Ángeles, La Remesa Filandia, Helena Adentro o Tuk Tuk Restaurante Bar. Nosotros apostamos por La Remesa Filandia, y lo recomendamos totalmente. Tomamos panceta de cerdo, unas costillas y bebida por 23€ entre dos.

Después de cenar, volvimos a la plaza de Filandia a tomar una cerveza aprovechando los festejos. Por cierto, probamos una con sabor de café, curiosa aunque nos quedamos con la tradicional. De ahí volvimos al hotel, tocaba descansar que nos esperaba un día movido, con el resto de la ruta por el Eje Cafetero.

Disfrutando de las fiestas de Filandia.

Empezábamos el último día en el Eje Cafetero bien prontito. El plan del día era coger el coche y explorar zonas menos visitadas. Nos informamos sobre qué pueblos podían merecer más la pena, y nos pusimos en marcha. Como el día anterior habíamos visto Filandia ya prácticamente de noche, nos volvimos a acercar para visitarlo con más luz. Recorrimos la plaza y calles aledañas durante 30 minutos, y continuamos camino.

Por cierto, hasta ahora, los lugares que visitamos, Salento y una finca cafetera, el Valle de Cocora y Filandia, son fácilmente accesibles con transporte público. Sin embargo, para el plan que te proponemos en este último día necesitarás coche.

La primera parada del día fue Buenavista, a 60 kilómetros y 1:15 horas desde Filandia. La mayoría del camino se hace por una carretera principal en muy buen estado. Llegamos al pueblo sobre las 9:30 de la mañana, directos a desayunar algo. Nos sentamos en una cafetería a tomar un chocolate con queso, una de las cosas más típicas de todo Colombia. Una vez desayunados, nos dispusimos a visitar el pueblo. Buenavista está situado en lo alto de una colina, así que lo más especial es contemplar las vistas mientras avanzas por sus calles.

Chocolate con queso con vistas a los alrededores de Buenavista.

Además, Buenavista es famoso por su oferta de actividades de aventura, como parapente o paratrike. Aunque no lo teníamos planeado, decidimos probar el paratrike con la empresa Quindioaventurero, y disfrutamos bastante la experiencia. Tuvimos unos 20 minutos de vuelo por 50€ por persona. No diría que es un imprescindible, pero si te apetece vivir algo distinto, ¡puede ser el momento perfecto! Las vistas panorámicas desde las alturas son impresionantes, y el monitor va explicando detalles curiosos sobre los lugares que se van sobrevolando.

Haciendo paratrike en Buenavista.

Como reservamos la actividad sin antelación, tuvimos que hacer tiempo hasta que se hizo la hora. Lo aprovechamos para ir a la Terraza San Alberto, a solo unos minutos en coche del centro de Buenavista. Es una de las fincas cafeteras más prestigiosas de la región, famosa por su calidad y por los numerosos premios que ha recibido. Si llegas hasta aquí, no puedes perderte la oportunidad de probar uno de los mejores cafés de Colombia.

Al final nos entretuvimos bastante, y dedicamos tres horas al pueblo. No obstante, si no planeas hacer ninguna actividad, con 1 hora es más que suficiente. En mi opinión, lo imprescindible es tomar el café en la Terraza San Alberto, y darte un pequeño paseo por la localidad.

Vistas desde la Terraza San Alberto.

La siguiente parada fue Pijao, a media hora de Buenavista. Pese a que la carretera ya no es principal, y en algún tramo se estrecha bastante, es un espectáculo en sí mismo: rodeada de frondosa vegetación que nos hizo sentir como si estuviéramos en algún rincón del sudeste asiático. Te recomendamos que la recorras con calma, porque es preciosa.

Lo mejor que puedes hacer en Pijao es disfrutar de su encantadora plaza, explorar la zona del río y subir a algunas de las calles más elevadas para apreciar las vistas. Es un pueblo muy auténtico, con poco turismo, perfecto para relajarse en la plaza, recorrer sus calles con calma y sumergirse en la vida local.

Disfrutando de la Plaza de Pijao y su ambiente tradicional.

Llegamos a Pijao sobre la una del mediodía, así que aprovechamos para almorzar en el pueblo. Comimos en uno de los restaurantes de la plaza, ¡3€ por persona un menú con primero, segundo, postre y zumo! Sin duda, la comida más económica de todo el viaje. Entre la comida y las visitas, dedicamos 2-3 horas a conocer Pijao. No obstante, puedes verlo todo en menos de una hora.

La última parada del día de la ruta por el Eje Cafetero fue Córdoba. Al igual que el trayecto Buenavista – Pijao, el camino hacia Córdoba merece la pena por sí mismo, por las preciosas carreteras rodeadas de vegetación. Son 30 minutos, y terminamos hasta con ganas de que hubiese sido algún kilómetro más!

La plaza de Córdoba es distinta a las del resto de los pueblos: tiene mucho desnivel, lo que se ha aprovechado para formar una especie de terrazas en las que sentarte. Tuvimos la suerte de coincidir con las fiestas locales, así que disfrutamos del animado ambiente. Sin embargo, la suerte duró poco, y un chaparrón nos pilló en pleno festejo. Como ya se estaba haciendo tarde, decidimos que era momento de regresar a Pereira, donde teníamos que devolver el coche de alquiler. Dedicamos unos 40 minutos a recorrer alguna calle del pueblo.

Plaza de Córdoba.

Emprendimos el camino de vuelta sobre la cinco y media de la tarde. Desde Córdoba hay tres horas a Pereira, donde teníamos que coger un vuelo al día siguiente, así que la intención era llegar para cenar algo en la ciudad. Sin embargo, un accidente provocó un terrible atasco, ¡estuvimos más de dos horas sin movernos ni un metro!

Por nuestra experiencia en las carreteras de Colombia, te recomendamos no regresar con el tiempo justo si tienes un vuelo o transporte que coger. Nosotros, por suerte, lo teníamos día siguiente temprano, así que con estar antes de las 5-6 de la mañana nos valía. Finalmente estuvimos algo más de 5 horas para hacer el trayecto, y llegamos directos a la cama.

Hasta aquí nuestras entradas sobre el Eje Cafetero, una de las regiones más maravillosas de Colombia. Todavía nos quedaba por delante todo el Caribe, con Cartagena de Indias, San Andrés y Providencia, sitios que, ya te adelantamos, nos encantaron. Así que te animamos a seguir leyendo, que seguro que algo te resulta de ayuda. Como siempre, cualquier duda en los comentarios abajo!

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